| Tiempo después en televisión  se vio un programa cuyo nombre era “Del otro lado”  donde  mostraban a un grupo de personas   jugando al Paintball  en Luján. Un amigo  consiguió la información de donde se jugaba y la primera vez que fue se perdió y no encontró el lugar,  luego  se puso en contacto con esta gente y fue a jugar.
 Luego me comento y fuimos al Paraná de las Palmas.  Allí  empezamos a jugar en un lugar muy lindo,  pero las marcadoras no funcionaban, perdían gas por todos lados,   las cápsulas se rompían en el arma, llegaban a cualquier hora,  no había baños, luz ni agua potable. Luego de un big game organizado por esta gente y donde terminamos tirando las cápsulas con la mano  y viendo  como el  operador   dormía en un auto junto a la pila de marcadoras que no funcionaban fue el momento que me plantee que se podía hacer algo serio.
 
 En 1994 comenzamos el proyecto de LA COLINA.  Primero buscamos un campo adecuado para desarrollar  este deporte. Luego adquirimos  de la firma RP Scherer un remanente de marcadoras, las primeras  que habían ingresado al país,  las  que se utilizaron en la costa en distintos balnearios.  Compramos las  cápsulas que fabricaba en ese momento Rp Scherer aquí en la Argentina  e importamos  las primeras marcadoras semiautomáticas de calidad para alquilar.
 
 Así el 21 de septiembre de 1994 tomamos posesión del campo,  un grupo de amigos los Willdogs integrado por Marcelo Sánchez, Eduardo Siutti (Pepe), el Cordobés Godoy , el gallego Fernández,  Gastón Marcheto (misterio) junto a  los miembros de los PAMPAS Chelo, Chiqin y Pepe  nos juntamos  desde la mañana  y comenzamos desmalezado,  hicimos  trincheras,  llenamos bolsas de arena comimos un asado y estrénamos las marcadoras semiautomáticas  que habíamos traído las VM68 y la Tippmann prolite,  jugamos  por la tarde y en la noche.
 
 Para todos ellos un  recuerdo y agradecimiento  por su colaboración y participación y siempre tendrán un lugar en LA COLINA y un especial agradecimiento a Isabel.
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